Hace un par de años hice la típica portabilidad a Vodafone, a través de una de sus tiendas en un Centro Comercial cerca de aquí, y la chica que me tramitó la portabilidad me propuso hacerme un seguro Internity, en el que por solo 9 euros tenía cobertura total de los destrozos en el terminal, incluso siendo culpa mía. Este seguro se renueva cada año a no ser que te pongas en contacto con ellos para darte de baja, resulta que el seguro son 9 euros cada 3 meses, por lo tanto 36 euros al año, y no 9 euros como me dijo la dependienta, el susto llega cuando ves que estás pagando la cuota cada 3 meses, con el consiguiente cabreo.
Resulta que en el número de atención al cliente de su página no te realizan ni te informan para darte de baja del servicio, tienes que ir a una de sus tiendas, que por supuesto, no es cualquier tienda de Vodafone porque Internity no es el único que distribuye Vodafone, y aunque lo sea, tampoco te solucionan el problema, te dan otro número 902 de atención al cliente, y allí, cuando por fin te atienden, te explican que para darte de baja tienes que enviar un fax con tu nombre, dni y el modelo del terminal al 91 411 82 65 (por si alguien tiene el mismo problema).
Según el punto 10 del Artículo 34 de la Ley general defensa consumidores y usuarios dice:
Se consideran infracciones en materia de defensa de los consumidores y usuarios: Las limitaciones o exigencias injustificadas al derecho del consumidor de poner fin a los contratos de prestación de servicios o suministro de bienes de tracto sucesivo o continuado, la obstaculización al ejercicio de tal derecho del consumidor a través del procedimiento pactado, la falta de previsión de éste o la falta de comunicación al usuario del procedimiento para darse de baja en el servicio.Por lo tanto yo lo considero un abuso por parte de Internity y me siento estafada, el hecho de tener que enviar un fax y que te no den una solución en su teléfono oficial de atención al cliente, me parece una manera de ponerle trabas a la tramitación, una vez más... las grandes empresas telefónicas o relacionadas prefieren sacarle dinero a sus clientes a costa de engaños en lugar de "mimarlos" y cuidar un poco su reputación.
